[D]escribir para encubrir, Asistencia, Asesoría y Administración -AAA-

Escribo a lo estúpido, practico pero nunca ejecuto, como siempre. 

Me levanto temprano, lo más pronto que puedo, cuando el frío envuelve los pies, acostumbro sacarlos de entre las cobijas para ir despertando poco a poco, me tallo los ojos, siento el mal aliento en mi boca, tomo el celular que siempre queda debajo de mi almohada a la hora de dormir y miro la hora 7:30, 7:45, 8:10, tal vez 8:30 am. Reviso si hay notificaciones o mensajes de importancia, nada. 

"Para ver si amor o hay Wi-Fi", como decían antes en Facebook. 

Me he acostumbrado a esa rutina nada más despertar; en esta generación suplantamos la pantalla del televisor y el fuego de las chimeneas y fogatas, por el brillo del celular. Los buenos días y el beso matinal por un "like" o un mensaje de "Buenos días/Buenas noches". 

Ya lo he dicho antes: en mis 20s decía, escribo para que me lean; ahora, en mis 30s, escribo para poder leerme, para poder escuchar mis ideas, como cuando hablo solo por la calle aprovechando que llevo puesto el cubrebocas. 

Muchas cosas han cambiado a raíz de la pandemia por COVID-19, ¿quién lo diría? NADIE pensó que esto se agravaría tanto, no es un virus mortal que mate de inmediato y que esté diezmando a la humanidad, pero creemos que existe; tan real como la democracia de EE.UU.,... ja.  

¿Qué pasa? ¿En realidad alguien lee estas líneas sin sentido?

La edad me ha llevado a afirmar que práctica suple talento, pero ahora entiendo que no tengo ni lo uno ni lo otro. Es cierto, con el tiempo tus expectativas caen, ya sólo quieres la libertad que te permite estar cómodo en casa, frente al celular perdiendo el tiempo, esperando la hora de dormir por obligación. 

Sólo corriendo me siento vivo, tanto es así que canto feliz "nací para esto, nací para esto", mientras remonto la avenida Pelícano, de Carrera para Eduardo Molina, uno de mis tramos favoritos, no sé bien por qué. Sigo desde La Villa lo que antes fue el Río de Guadalupe, y me siento de vuelta en un pasado que no fue el mío.

Es curioso que tuvieran que pasar tantos años para retomar las carreras. Recuerdo que en la universidad solía hacerlo 6 de 7 días, desde temprano, incluso hubo veranos de preparatoria que pasé en las barras y corriendo 1 o 2 km. Pero lo dejaba, como todo aquello que empiezo; no, no es que no me apasione, tal vez el romance con algunas cosas sólo me dura un tiempo, por lo que no suelo darles continuidad. 

Fue al club del chupe al que más tiempo estuve afiliado, pero por fin en 2019 regresé la membresía. 

¿Qué sigue? NO SE, y eso me preocupa, un poco, la verdad. Confío ciegamente en que moriré de viejo y volveré a estas líneas para recordar lo bobo que era, o cómo me preocupaba de cosas insensatas.

Ahora te pregunto, Gilberto Del Futuro: ¿todo esto tuvo sentido? ¿qué fue de aquella chica? ¿por fin eres más feliz que ahora, noviembre de 2020? 

Ansío volver en unos años, con más respuestas que preguntas. 

----------------------------------------------------------------------------

La foto debajo soy yo en la Parroquia de San Fernando, tal vez en el año 2011, aproximadamente.

Han pasado 9 años nada más, pero parece una eternidad. 







Comentarios