"Hay una luz que nunca se apaga"

"Spud no quería llegar a aquella fiesta, simplemente deseaba que pudieran seguir caminando y hablando. Se metieron por el pasadizo subterraneo y Spud pensó que debería intentar rodear a Nicola con el brazo. Entonces se le vino a la cabeza un pasaje de una canción de los Smiths, una que siempre le había gustado titulada: «Hay una luz que nunca se apaga

and in the darkened underpass
I thought Oh God my chance has come at last
but the a strange fear gripped me
 and I just couldn´t ask (1)

La triste voz de Morrisey resumía como se sentía. No rodeó el hombro de Nicola, y sus intentos se ligársela después resultaron lamentables. En vez de eso, fue a chutarse a un dormitorio con Rents y Matty, deleitándose en la gozosa libertad de preguntarse ansiosamente si se lo haría con ella o no."

(1) y en el oscuro pasadizo subterráneo / pensé Dios mío al fin ha llegado mi oportunidad / pero entonces un extraño temor se apoderó de mí / y sencillamente no pude pedírtelo. 

Irvine Welsh, Trainspotting, Anagrama, p. 269.

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